Los glóbulos blancos llamados linfocitos se encuentran en el tejido linfático. Ayudan a prevenir las infecciones. La mayoría de los linfomas comienza en un tipo de glóbulo blanco llamado linfocito B o célula B.
¿cuáles son sus causas?
Para la mayoría de las personas, la causa de este cáncer se desconoce. Sin embargo, los linfomas se pueden desarrollar en personas con sistemas inmunitarios debilitados, entre ellas quienes se han sometido a un trasplante de órganos o tienen infección por VIH.
Es posible que algunos medicamentos de quimioterapia utilizados para tratar otros cánceres puedan aumentar el riesgo de linfoma no Hodgkin muchos años después. Por ejemplo, los pacientes que han recibido tratamiento contra linfoma de Hodgkin tienen un mayor riesgo de padecer posteriormente linfoma no Hodgkin. Sin embargo, no está totalmente claro si esto está relacionado con la enfermedad en sí o si es un efecto del tratamiento.
Las personas con deficiencias en los sistemas inmunitarios tienen un mayor riesgo de linfoma no Hodgkin.Los familiares de primer grado de pacientes con la enfermedad de Hodgkin presentan un riesgo cinco veces mayor de sufrir la enfermedad. Además, los hijos de una persona con la enfermedad, si son gemelos monocigóticos, tienen una probabilidad 100 veces superior de padecer la enfermedad en relación a los gemelos dicigóticos.
Síntomas
- Fatiga
- Perdida de peso sin causa conocida
- Sudoración y escalofríos
- Hígado o vazo agrandado
- Ganglios linfáticos agrandados en el abdomen, la ingle, el cuello o las axilas
En la mayor parte de los tipos de cáncer, una biopsia es la única manera segura para que el médico determine si un área determinada del cuerpo tiene cáncer. Durante la biopsia, el médico toma una pequeña muestra de tejido para hacerle pruebas en un laboratorio. Si no se puede realizar una biopsia, el médico puede sugerir que se lleven a cabo otras pruebas que ayuden a establecer un diagnóstico.
No existe ningún modo de prevenir el desarrollo de un linfoma. Los expertos coinciden en destacar en que llevar un estilo de vida saludable podría reducir el riesgo de presentar este tipo de cáncer, aunque no se ha podido establecer una relación directa.
El tratamiento de un linfoma depende de los siguientes factores: el pronóstico, la edad y el estado general del paciente y la respuesta al tratamiento de rescate.En función de los resultados de la biopsia y de la historia clínica del paciente, el especialista podría indicar también otras pruebas diagnósticas como un análisis de sangre que incluya hemograma y perfil bioquímico, serologías (hepatitis y sida), radiografía de tórax y/o TAC de cuello, tórax, abdomen y pelvis. Además, es posible que también se recomiende una tomografía por emisión de positrones (PET) o una biopsia de médula ósea.
Los resultados obtenidos de estas pruebas permitirán al hematólogo determinar qué tipo de linfoma presenta el paciente y cuál es el tratamiento más indicado en cada caso. Determinar la etapa en la que se encuentra la enfermedad es clave para ello. El sistema Ann-Arbor diferencia cuatro estadios diferentes de la enfermedad:
- Estadio I: El linfoma afecta a un único territorio ganglionar o a una sola localización extralinfoide.
- Estadio II: Se encuentran afectadas dos o más territorios ganglionares o estructuras linfoides en el mismo lado del diafragma.
- Estadio III: El paciente presenta afección de territorios ganglionares o estructuras linfoides a ambos lados del diafragma.
- Estadio IV: Es el más grave. El paciente muestra una afección diseminada de una o más localizaciones extralinfáticas (hígado, piel, médula ósea, etcétera), con o sin afección ganglionar.
- Rituximab
- Quimioterapia convencional.
- Radio - Quimioterapia.
- Trasplante hematopoyético.
- Agentes alquilantes
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